Bildu, Podemos y las elecciones vascas

En el mundo de lo políticamente correcto, hay muchas cosas que no se pueden decir, por eso imagino yo que a veces los discursos políticos son tan distintos de lo que uno oye en las tertulias de la calle, de las cafeterías o en su propia casa. Cuando yo era niño, en los ochenta, ver en la televisión que había habido un atentado perpetrado por ETA era parte del Padre Nuestro de cada día, me sorprendía oír a muchas personas mayores decir que, cuando surgió ETA, muchos estaban a favor de ella.

Después, cuando vas entendiendo que antes se vivía en una Dictadura, privado de libertades, muchos españoles creyeron que la lucha de ETA era por la libertad. Obviamente, con la muerte del Dictador, con la llegada de los gobiernos democráticos, la mayoría de nuestros compatriotas no entendieron que el terrorismo no acabaría ahí, más aún cuando la amnistía que se realizó a presos políticos benefició también a los de ETA.

Entonces surgieron bandas que, utilizando métodos terroristas, lucharon contra aquellos terroristas, la AAA o el Batallón Vasco Español, vistos por la sociedad como mercenarios a sueldo de los empresarios vascos que, cansados del impuesto revoucionario de ETA, querían acabar con ellos observando que las fuerzas del orden no eran capaces. Además, a pié de calle, siempre corrió el rumor de que los gobiernos y las fuerzas de seguridad estaban interesados en que el terrorismo no acabara ya que tapaba muchos otros problemas de la sociedad.

Con la aparición de los GAL y la posterior investigación periodística, que demostró que el gobierno del PSOE estaba tras ellos, hubo un shock en la sociedad. Primero, porque, aunque por políticamente correcto nadie lo reconoce, ahora, yo, que era niño entonces, del mismo modo que oí a muchas personas decir que antes muchos estaban a favor de ETA en la dictadura, oí también que muchos estaban a favor de los GAL ya en democracia.

Recuerdo que, siendo ya adolescente, mitad por prudencia, mitad quizá porque Barcelona nos parecía muy grande, cuando íbamos a la capital catalana y pasábamos por delante de un cuartel de la Policía o de un cuartel militar, acelerábamos el paso porque teníamos miedo a que hubiera un atentado. Pero lo cierto es que posibilidades había, los atentados pasaban a menudo y, como he dicho antes, eran parte del día a día.

ETA era el peor de los enemigos de los españoles y, probablemente, a raíz del asesinato de Miguel Angel Blanco, la banda terrorista fue perdiendo apoyos, fue acorralándose y, finalmente, gracias también a la sociedad civil y a las fuerzas de seguridad del Estado, acabó o al menos está en nuestros días en estado de hibernación.

Lo que nunca creí es que, más allá de los partidos que son ETA, que han tenido diferentes nombres y que ahora se llaman Bildu, iba a haber partidos nacionales, como es el caso en estos momentos de Podemos, que defendieran, justificaran y apoyaran a ciertos personajes infames como Arnaldo Otegi. Tampoco creí que Izquierda Unida, que en esa época estaba tapado, se amparara en el primo de zumosol Podemos para hacer lo mismo; que una persona de 28 años, como Alberto Garzón, hable de Otegi como hombre de paz, me pone los vellos de punta.

Pablo Iglesias le recriminaba al PSOE que tenía las manos manchadas de cal viva, en referencia a los GAL y de cómo enterraron tras torturar a los etarras Lasa y Zabala. Ahora, en las elecciones vascas, Podemos hace un guiño al entorno de ETA y propone de candidata a Pilar Zabala, hermana del colaborador de ETA. Podemos trata de aglutinar a todas las izquierdas, desde la Social Democracia más moderada, a la izquierda nacionalista en la que estaba la banda terrorista vasca y eso, no es sólo peligroso, sino también insultante.

Para Podemos, todo es extrategia electoral y, como hemos podido ver ya en ciudades, comunidades y en el Congreso de los Diputados, una vez en las instituciones no saben qué hacer. Y es que en Podemos todo es el juego de ganar votos y saben que en la llamada Izquierda Abertzale hay muchos votos, como los hay en el nacionalismo gallego, en el catalán o en el valenciano. Pero no se puede hacer un proyecto nacional tratando de beneficiar a los que quieren desmembrar España. Aún así, reconozco que no es lo mismo defender los intereses que defiende el BNG, PNV, Compromís, ERC o Convergència, que defender los intereses de Bildu que son los intereses de ETA.

Otras veces, me he hecho ya estas preguntas y a menudo vuelvo a pensar en ello. ¿Tan pronto nos hemos olvidado del daño que hicieron los terroristas? ¿O es que los que defienden ahora que ETA tenía motivos políticos, que la lucha de ETA fue una defensa de una democracia mal hecha o que Otegi y compañía son hombres de paz sonreían cuando veían en la tele los atentados, las bombas, los tiros en la nuca y los muertos que causaba?

 

Fuente de la fotografía de portada: La Sexta

Bildu y Podemos se enzarzan en Euskadi por la hegemonía para ser los defensores de presos, políticos y miembros de ETA

Podemos, en cuanto a los temas relacionados con la formación de gobierno, se mantiene en silencio. Si dijeron No a un gobierno liderado por un socialista pues, obviamente, no van a decir Sí a Mariano Rajoy, pero erraron al no darse cuenta de que el No al pacto PSOE-C’s no sólo iba a hacer más fuerte al Partido Popular, sino que también iba a hacer muy difícil la posibilidad de acabar con el bipartidismo.

Ahora no queda otra que tener un gobierno del PP en minoría; eso lo sabemos todos los españoles y, obviamente, también lo saben Sánchez, Rivera e Iglesias. Pero el líder Podemita guarda silencio creyendo que, de ese modo y si por una de esas casualidades de la vida hay unas terceras elecciones, tratar de seguir endulzando su imagen, queriendo así seguir con el timón dirigido hacia el votante socialdemócrata, como si unos meses de silencio fuesen a conseguir que los españoles se olviden de que Podemos es un partido de extrema izquierda, que añora el comunismo que llevó a la muerte a millones de personas el siglo pasado y el principio de éste, fuese la mejor opción.

Sin embargo, Podemos no tiene una sola alma. Podemos, en el afán de conseguir votos de donde quiera que sea, sobre todo de no ya de los descontentos de la política española, sino también de los que quieren hacer de España la Yugoslavia del siglo XXI, está temiendo que se alargue la investidura de Mariano Rajoy ya que sabe que el 25 de septiembre llegan las elecciones gallegas y vascas y ahí los votantes de Podemos de otras regiones de España van a evidenciar que, en esas autonomías, el partido morado es representante del nacionalismo periférico.

Caso sangrante es el del País Vasco pero… ya saben, Pablo Iglesias ya dijo en su día cosas como que «ETA tenía motivos políticos» o que la Transición no es más que una prórroga del franquismo y que la única que entendió eso fue ETA, a más de pedir la salida de los presos de ETA, el acercamiento a sus casas de los que se mantengan en prisión, la comparación de la muerte de Etarras con la muerte de las víctimas, etcétera, etcétera, etcétera.

Ahora Podemos quieren ser más papistas que el Papa en Euskadi, más abertzales que Bildu, se pelean por ser la representación de los que aplaudieron y vitorearon, permitieron y colaboraron con ETA. Para mí, esta lucha es en realidad absurda, creo que Bildu y Podemos ocupan roles distintos. Bildu es ETA y Podemos es el brazo político de ETA. Sin embargo, ellos se pelean por discutir quién representa mejor a esa gente.

Podemos ha optado por querer hacer lehendakari a la hermana de un mártir de ETA, josé Ignacio Zabala, un colaborador de la banda terrorista que fue secuestrado por los GAL junto a José Antonio Lasa y que más tarde, conjuntamente, fueron torturados, asesinados y enterrados en cal viva.

Obviamente, ningún demócrata puede aceptar lo que ocurrió con Lasa y Zabala pero, entre eso y utilizar uno de los casos más lamentables de la lucha del Estado con los terroristas para tratar, de este modo, superar el radicalismo de Bildu, que quiere tener como lehendakari al «hombre de paz» Arnaldo otegi, es lamentable.

Y, sí, sé que dirán que Zabala no es el terrorista, que el etarra era su hermano, pero todos somos grandecitos ya para los cuentos de hadas. A más, Zabala defendió que, del 1 al 10, era 10 independentista. Entonces, ¿quiere la independencia el Podemos Vasco? Ya saben la cantinela de siempre, lo que quieren es el derecho a decidir, parece que con municipales, autonómicas y generales que se repiten no tienen bastante.

Como catalán y persona que tiene que vivir de cerca el nacionalismo exaltado de los separatistas, les digo que no teman por Bildu, ni por la CUP, ni por ERC, ni por Convergència. El enemigo de España es Podemos, el peligro para nuestra seguridad es Podemos, el peligro para mantener nuestro Estado de Derecho es Podemos y quien es un verdadero peligro para romper España es Podemos.

Fotografía: elpais.com

Las dos almas del PSC

Tras las elecciones del 20 de diciembre, ya opiné sobre los que votan en negativo, como en Catalunya, Podemos quien fue la fuerza más votada porque los separatistas votaron a la formación morada en lugar de hacerlo a Convergència o Esquerra, buscando el referéndum que Pablo Iglesias promete, por más que se sepa que es anticonstitucional y que, para poder realizarse, se debería cambiar la Carta Magna, así como también hacer falta dos tercios de la cámara a favor, cuestión que, hoy por hoy, es imposible pues ni PP, ni PSOE, ni Ciudadanos votarían a favor de balcanizar España.

Los números son claros: si sumarnos los votos en autonómicas de Junts pel Sí + CUP + Catalunya Sí que es Pot y los comparamos con los votos de En Comú Podem + ERC + Democracia i Llibertat y le sumamos la subida de la abstención, varía únicamente en 10.000 votos en toda Catalunya.

Ya escribí sobre lo negativo que es conseguir votos para gobernar de los que quieren romper España, sin embargo, parece que Miquel Iceta y el PSC tienen la misma táctica que Podemos, es decir, conseguir los votos de los que votan en negativo.

Los socialistas de Catalunya perdieron medio millón de votos y 400.000 en las autonómicas. La mayoría de estos sufragios fueron a parar a Ciudadanos. Sin embargo, parece que estos votos perdidos no van a intentar recuperarlos, sino que la táctica está en conseguir voto negativo de Podemos.

Esto de lo que les hablo ha quedado reflejado en estos últimos días en los que a Miquel Iceta se le pudo ver en una protesta por la suspensión, por parte del Constitucional de leyes sociales catalanas y a raíz de los recursos del Gobierno, rodeado de estelades y oyendo los gritos de independencia. Y, sí, Iceta siempre dirá que él no gritó, que él no es independentista y todo lo demás, pero a nadie se le escapa que ni Inés Arriamdas ni Garcia Albiol acudirían a esa manifestación en la que ya se sabía cómo se iba a enfocar.

Obviamente, Miquel Iceta es muy libre de ir donde le plazca pero yo, personalmente, le eché de menos en los actos de homenaje a los asesinados por ETA en al caserna de Vic pues, puestos a elegir, qué menos que estar del lado de la víctimas, más cuando unos días antes el Parlament de Catalunya abrió la puerta de todos los catalanes a Otegi, al que recibió como si fuera un héroe.

Con este tipo de cuestiones, no puede haber medias tintas. Los líderes políticos no pueden dar la espalda a según qué cuestiones por un puñado de votos y el PSC no puede seguir con su error histórico de conseguir votos del independentismo a costa de traicionar a sus votantes. En Catalunya, todos sabemos que la llama del soberanismo la inició el PSC con ese nuevo Estatut que nadie pedía en Catalunya y que ni la mitad de los catalanes votaron.

Con el Tripartit, comenzó la locura en la que nos encontramos ahora en estas tierras y, viendo las actitudes, el una de cal y otra de arena, de los socialistas en Catalunya, se comienzan a entender muchas cosas como, por ejemplo, que Carme Chacón no quisiera formar parte de este proyecto de los socialistas catalanes.

La provincia de Barcelona, que en su día fue ampliamente socialista, ahora ha abandonado al PSC, sobre todo por temas como éste, en el que los socialistas son ambiguos. En este caso, la idea es sencilla, tratan de conseguir el voto negativo de Podemos y los independentistas y, por el bien de los españoles, no sería malo que lo consiguieran. Pero, obviamente, si eso ocurre, que no sea a costa de que ellos se acerquen al soberanismo. Como pasa casi siempre, la moneda tiene dos caras y, si sale cruz, podrá ser que, no sólo no consigan su propósito, sino que el chorreo de votantes del PSC que van a Ciudadanos aumente.

 

Fuente de la fotografía de portada: elconfidencial.com

El nacionalismo catalán invita al Parlament a quien legitimó la violencia para conseguir la independencia

En los últimos años, en el Parlament hemos visto actos vergonzosos, acciones que no son dignas de lo que debe representar la cámara catalana. En ella, se han visto actos grotescos, como que Jordi Pujol, el presunto corrupto más grande de España, amenazase a los Diputados mientras que estos (salvo Albert Rivera) bajaban la cabeza. «Si movéis el árbol, caerán todos» dijo el ex muy honorable al más puro estilo Corleone. En esos días, pudimos apreciar claramente cómo la mafia catalana y el independentismo van de la mano, pues son «cosa nostra», de aquí, de casa, así como también fue vergonzoso observar cómo a Oriol Junqueras de ERC y David Fernández de la CUP les duele menos que les roben los de casa.

Hemos vivido más casos grotescos, partiendo ya de que las últimas Presidentas del Parlament, Núria de Gispert y ahora Carme Forcadell, no están actuando de árbitro como su puesto requiere, sino que son totalmente partidistas, algo que conlleva a que se permitan cosas que en un Estado de Derecho son inadmisibles, como es que en estos años, desde la bancada de CiU, ERC, SI, CUP y ahora Junts pel Sí, se hayan hecho comentarios xenófobos y menosprecios socio-culturales a los habitantes del resto de España y a los catalanes de procedencia de alguna de las otras regiones del Estado.

En el Parlament, hace ya tiempo que olvidaron que esa cámara no es más que la representación del Estado en Catalunya, así como también la representación de todos los ciudadanos de Catalunya, no sólo de los que apoyan la independencia.

Ha habido Diputados que han maltratado y boicoteado la lengua castellana, mayoritaria entre los catalanes, y se ha acusado impunemente de fascistas a todos y a cada uno de los catalanes que nos sentimos también españoles y europeos. También han llamado colonos a esas personas, llegando a decir que «los mandó Franco en trenes para mezclar la sangre de los catalanes», con lo que yo pienso en el pobre de mi padre que, de haber sabido que era un colono, seguramente no se hubiera levantado a las 5 de la mañana durante más de 30 años.

En el Parlament, entre los independentistas y los miembros del PSC y de ICV, fieles aliados del nacionalismo catalán, no se ha representado a toda la población catalana, sino sólo a una parte, motivo por el cual en 2006 se alcanzó la participación más baja en Autonómicas ya que los catalanes no nacionalistas no se sentían representados en él. Desde entonces, cada vez han votado más personas, entre otras cuestiones por la presencia de C’s, que llegó para representar a este colectivo, de ahí que no sea casualidad que la participación haya subido desde entonces 59,9% en 2010, 67,7% en 2012 y 74,9 en 2015, a la vez que bajaban los parlamentarios independentistas 76-74-72 y subían los de Ciudadanos 3-9-25.

En esos años, muchos catalanes, en los que yo me incluyo, hemos dado la espalda al Parlament, hemos creído que no nos representaba, que hasta la aparición de C’s daba igual qué votar pues PSC pactaba con ERC y el PP con Convergència pero, con todo y con eso, no sentí la vergüenza que estoy sintiendo estos días.

Me parece increíble que esta pandilla de políticos fanáticos, llamados Junts pel Sí y la CUP, invite a Arnaldo Otegi al Parlament, a la casa de los catalanes. Me avergüenza «el todo vale» de esta independencia burguesa de los convergentes que primero eran monárquicos, luego franquistas, después catalanistas y que ahora son independentistas para salvar a la familia Pujol de la cárcel.

¿Qué hace este hombre en el Parlament? ¿Por qué invitan a quien fue miembro de ETA a la casa de los catalanes? ¿Qué nos va a enseñar? ¿A hacer capuchas? ¿A secuestrar? ¿Al tiro en la nuca? ¿Qué nos tiene que decir a los catalanes este ser despreciable que ni siquiera ha tenido el valor de condenar los asesinatos de ETA? ¿Este hombre va a decir a todos los catalanes, incluidas las víctimas de ETA en Catalunya, lo que es un proceso de paz?

Lo único bueno de todo esto es ver que, por fin y espero que de una vez por todas, la cúpula del PSC se haya desmarcado de esa doble moral, protestando, junto a Ciudadanos y PP, por la presencia de un terrorista como invitado al Parlament y, mirando al futuro, creo que esto va a suponer un antes y un después en Catalunya. Convergència, Esquerra, la CUP y Podemos se han puesto del lado de los asesinos, mientras que PSOE, PP y Ciudadanos están departe de las víctimas. De modo que no es cuestión de sentirse más catalán que español, más español que catalán o de sentirse tanto lo uno como lo otro. Se trata de decencia, se trata de ser persona, se trata de ser humano.

Esta va a ser la fosa definitiva de Convergència. Para Esquerra y la CUP, no será tan decisivo ya que quienes les votan aceptan que estos partidos tengan entre sus filas a terroristas de Terra Lliure, pero Convergència sí va a darse el batacazo definitivo en las próximas Autonómicas, que no tardarán en llegar. No descartaría yo que, antes de que acabe el año, volvamos a votar en Catalunya; sólo espero que, cuando eso ocurra, los catalanes lo hagan en consciencia, lo hagan pensando en que antes que catalanes somos humanos y que no se puede estar de lado de los que creen que Otegi es un hombre de paz.

Doy las gracias a Ciudadanos, al PSC y al PP por no ser partícipes de este circo. Convergència, ERC, CUP y Podemos, no sólo no me representáis, sino que vosotros y los que os voten estáis manchados de sangre y las manchas de sangre no se acaban de limpiar nunca.

 

Fuente de la fotografía de portada: naciodigital.cat

Pablo Iglesias, el estandarte de la gente «normal» cree que tener amigos en ETA es normal

Decía Pablo Iglesias que él no tiene amigos en los papeles de Panamá porque la gente «normal» no es la que tiene sus nombres en paraísos fiscales, sino que la gente «normal» es la que está en el paro, la que ha sido desahuciada, la que no tiene para calefacción o para comer.

Creo que no se puede hacer más populismo en menos tiempo. Entonces yo, que llevo quince años trabajando en el mismo sitio, que pago religiosamente la hipoteca, que pongo la calefacción cuando tengo frío y que como tres veces cada día… ¿no soy normal?

Es curiosa la doble moral de Iglesias (y quien dice de Iglesias dice de Alberto Garzón que, últimamente, son como los personajes de Tintín Hernández y Fernández, esos gemelos que siempre dicen lo mismo), en la que, cuando alguien recuerda el daño que ha hecho ETA, le acusan de estar aprovechando las víctimas para ganar votos y, sin embargo, la ultraizquierda puede usar a los que no tienen trabajo, a los desahuciados y a los que no tienen para comer en su campaña electoral.

Yo creo que las personas normales somos los que tenemos amigos que les va bien, que ganan dinero y pueden viajar por el mundo visitando hoteles de 5 estrellas y, a la vez, tenemos también amigos que están en el paro. Porque las personas normales no somos clasistas, no miramos a nuestras amistades por su cuenta corriente.

Las personas normales no creemos que los que no piensan como nosotros son nuestros enemigos, las personas normales creemos en el diálogo, creemos que todos tenemos un poco de razón y que en algo debemos equivocarnos.

Eso sí, entre las personas normales de mi entorno no hay ninguno que tenga amigos en ETA, no conozco a ninguno que su propio padre fuese un terrorista porque, digo yo… Cierto es que suele pasar que creamos que lo que hay en nuestro entorno es lo normal. ¿No es verdad que cuando somos niños creemos que todo el mundo es tal y como es nuestra casa?

Cuando educamos a los más pequeños, tratamos de dar ejemplo. Si los padres no beben alcohol, los hijos creerán que lo normal es no beber. Sin embargo, si los padres beben, creerán lo contrario. Del mismo modo, si un padre trabaja en una fábrica, el hijo cree que lo normal es trabajar en una fábrica o, si es futbolista, probablemente crea que todos los papás son futbolistas.

De ahí que creamos que lo normal siempre sea lo que está en nuestro entorno; por eso es lógico que alguien crea que ser amigo de un terrorista como Otegi es lo normal, cuando tu padre ha estado encarcelado como miembro de la banda terrorista FRAP y qué decir ya si tu abuelo fue juzgado por hacer sacas durante la Guerra Civil.

Algunos de ustedes estarán pensando que hay hijos que no quieren parecerse a sus padres y cierto es, pero no es el caso de Iglesias que presume de ser hijo del FRAP. De hecho, cuando murió Santiago Carrillo, el líder podemita dijo literalmente: «Créanme si les digo que, siendo hijo de un militante del FRAP, tiene su mérito admirar a Carrillo», es decir, que siendo hijo de una persona que no quería la reconciliación entre los españoles, que no deseaba la democracia, que estuvo contra la Constitución, podía admirar al líder comunista que sí aceptó que la Transición debía ser el símbolo de la reconciliación de los españoles.

En 1973, el FRAP, en el que militó el padre de Pablo Iglesias, comenzó a asesinar matando en Madrid a un subinspector de la Brigada Político Social. Posteriormente, asesinó a dos agentes de la Policía Armada y a un teniente de la Guardia Civil. De ese origen y de ese padrinazgo se siente muy orgulloso Pablo Iglesias.

Por eso, en el mundo normal de los Iglesias creer que Otegi es un hombre de paz es normal, equiparar a los que ponían las pistolas y los que ponían las nucas es normal, preocuparse de los verdugos más que de las víctimas es normal.

Y mi última reflexión es para Alberto Garzón y pienso… ¿estará triste por no tener ese tipo de familia?

La memoria selectiva

Ya he dicho otras veces que, a mí, personalmente, lo que más me apena de la España actual es lo pronto que nos hemos olvidado de todo el daño que ha hecho la banda terrorista ETA durante décadas en mi país. Después de 40 años asesinando, en los que los españoles no podían estar seguros ni en un centro comercial, ni en la playa, ni en ninguna parte, que en poco más de cinco años sin asesinar y a pesar de que no se hayan entregado ni ellos ni las armas, tenga yo que oír que las partes «deben entenderse» o que «ambos bandos deben pedir perdón» me remueve las tripas. ¿La sociedad española por qué debe pedir perdón? ¿Por poner los muertos? ¿O por qué exactamente?

Espero que alguien me pueda explicar por qué muchas personas tienen la sensación de que ETA eligió abandonar el terrorismo para entrar en política. ¿De dónde sacan eso? ETA dejó de matar por varios motivos: primero, por el acoso policial que ha ido cortando la cabeza de la cúpula, una y otra vez, hasta que quedaron al mando unos chicos que no sabían qué hacer, cómo y con qué dinero; segundo, porque el pueblo vasco perdió el miedo, sobre todo, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco; y tercero, porque la crisis económica ha dejado también sin recursos a los extorsionados por ETA.

Pero que ETA y su entorno hayan aceptado la vía democrática es una infamia, es rotundamente falso. A pesar de eso, entiendo que haya muchos españoles que estén deseando que eso sea así y que el deseo de que eso ocurra les ciegue. Puedo llegar a entender que muchos crean que que los vascos hayan cambiado su voto a Bildu por Podemos sea buena señal, pero yo no lo veo así. Primero, porque estoy completamente seguro de que muchos de los que han votado a Podemos en las Generales volverán a votar a Bildu y otros partidos de carácter nacionalista en Autonómicas (cualquiera que revise la historia de las elecciones en Euskadi se daría cuenta de que los vascos siempre han votado muy diferente en las elecciones vascas de las Generales) y, segundo, porque votar a Podemos ha sido votar en negativo, votar lo peor para el Estado, hacerlo por un partido que promete un referéndum para romper el Estado de Derecho y promover que unos españoles sean más que otros.

Otra cuestión que me cuesta mucho entender es por qué, desde algunos medios de comunicación, se trata de dulcificar a terroristas. Por ejemplo, cuando Jordi Évole entrevistó a Iñaki Rekarte, condenado a 203 años por el asesinato de tres personas en un atentado con coche bomba en Santander en 1992 y que, ahora, es presentado como un simpaticote que ha acabado en ETA por culpa del entorno, sin saber lo que hacía, y que no sólo está arrepentido, sino que tanto ha rehecho su vida que se ha casado con una andaluza. ¡Olé! Pues nada, que hagan una película titulada «8 apellidos etarras» y que la financie la Sexta. Ayer, Évole hacía una entrevista a otro asesino, a Otegi y, cómo no, una entrevista en plan colega en la que el periodista era mucho menos incisivo y mucho menos burlón de lo que lo fue con el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy quien, a pesar de que yo nunca le he votado ni a él ni a su partido, tengo claro que, como español, es mi Presidente.

Otegi hizo unas declaraciones el otro día tales como que «Sería un honor ser el candidato a Lehendakari más peligroso para el Estado». Para dejar la violencia, para verdaderamente creernos que este señor ha dejado de ser lo que siempre fue, primero debería cambiar las palabras violentas y bajar el tonito pero, además, considero que es para hacérselo mirar que alguien que quiera tener un cargo de Estado quiera el mal para el bien del Estado porque, por más que quieran verlo o no, el Estado no es un Rey, un partido o una bandera; el Estado somos todos los ciudadanos que vivimos en este país llamado España.

Que alguien como Otegi pueda ser Lehendakari quiere decir que España es el país más libre del mundo, porque en ningún otro país una persona de este pelaje podría ni soñar algo así. Faltará ver si, finalmente, es el candidato de Bildu. Lo cierto es que tanto da pues, sea quién sea el candidato de Bildu, nada cambiará dado que todos sabemos que es Bildu, bueno… todos no, ya que hay mucho desinformado que cree que Bildu es el brazo político de ETA, pero eso no es así, el brazo político de ETA es a quien los defensores de ETA han votado, es decir, Podemos, y si Podemos es el brazo político de ETA, ¿qué es Bildu? Pues si tiene orejas de gato, nariz de gato, bigotes de gato y boca de gato… suele ser un gato.

 

Fuente de la fotografía de portada: rtv.es

La Europa enferma

Aunque a día de hoy sea difícil reconocerlo, yo me siento europeísta. Sigo pensando que el futuro pasa por unos Estados Unidos de Europa, eso sí, cambiando muchas de las políticas actuales y como una verdadera unión entre naciones y no con esta Unión Europea en la que unos países están por encima de otros.

Eso no quita que ese sueño de la Europa unida a día de hoy parezca lejano. Increíblemente y cuando parecía algo muerto y enterrado, los nacionalismos radicales han vuelto a aparecer en nuestro continente. En un mundo globalizado y en el que las culturas están entrelazadas, ha vuelto a surgir esta lamentable idea ideológica que cree que hay pueblos, razas o naciones con superioridad en el ADN.

A esta ola nueva de nacionalismos, hay que sumar los populismos de derecha e izquierda que están asolando Europa. Sin ir más lejos, en Alemania el AfD, populistas de derecha que han basado su campaña en un discurso xenófobo que ha criticado la colaboración de Merkel para hacer que los refugiados sirios vayan a Alemania y que han tenido espectaculares resultados en las elecciones celebradas en tres lands (Estados)

Los refugiados están haciendo que Europa esté dejando de ser Europa, que esté perdiendo sus valores. A veces olvidamos que en Europa es con diferencia donde más conflictos bélicos ha habido y que, absolutamente en todos los países, sus ciudadanos han tenido que refugiarse en otras zonas en algún momento de la historia.

Políticamente hablando, utilizar a los refugiados es deleznable, ya sea por cuestiones xenófobas, como queriendo aprovechar la crisis para criticar a los gobiernos. Sin embargo, lo vemos todos los días. Los partidos extremistas, ya sean de derecha o izquierda, utilizan el populismo con fines electorales. Obviamente, algo está pasando en Europa, no solamente por lo que ha ocurrido en Alemania, ya hemos visto otros casos como el Frente Nacional francés, Syriza en Grecia o Podemos en nuestro país.

Europa necesita la unidad que tuvo siempre, pero va a ser difícil si los extremistas siguen creciendo. Además, conocemos por la historia que estos extremos se alimentan los unos a los otros. ¿Qué es un fascista sino un comunista mirándose al espejo y qué es un comunista sino un fascista mirándose al espejo?

Por si tuviéramos poco con eso, también hemos de luchar contra los nacionalistas que tratan de romper los Estados, las constituciones, los estados de derecho. Fascistas, comunistas, nacionalistas, ideas políticas que no hace tanto creíamos totalmente olvidadas.

Políticas difíciles de entender que llevan a casos inexplicables, como ese personaje tétrico que hay en Barcelona como alcaldesa. La señora Colau no apoya una intervención de las Naciones Unidas para acabar con la guerra en Siria y, a su vez, quiere hacer de Barcelona una ciudad de acogida, en un claro caso de populismo que consta de que, mientras más refugiados haya, más voto cree que ganará.

Colau habla contra las acciones armadas, critica al Ejército de su propio país porque dice ser pacifista. Sin embargo, tuvieron que llevarle casi del brazo para que hiciera un minuto de silencio por las víctimas del 11 de marzo. No hay que olvidar que Podemos, ERC y la CUP votaron en Barcelona en contra de realizar los actos en memoria de las víctimas del atentado de Madrid.

¿Cómo se puede ser pacifista y despreciar las víctimas del 11 M? ¿Cómo se puede ser pacifista y ensalzar la figura de un miembro de ETA como Arnaldo Otegi? ¿Cómo se puede ser solidaria con los sirios y a la vez ser independentista, cuando el independentismo es un acto de insolidaridad con personas de tu propio país a los que crees inferiores?

Tengamos cuidado con los populismos pues, cuando un Partido se declara el partido de los pobres, necesita que haya muchos pobres; cuando se declara el defensor de los refugiados necesita refugiados; y, cuidado también con los populistas que además son nacionalistas, porque como Colau y alguno más en Catalunya, hacen cosas inexplicables.

Ciudadanos sin complejos

Tuve la oportunidad de conocer al diputado en el Parlament de Catalunya por Ciudadanos Sergio Sanz en una visita a mi ciudad, Rubí, en la campaña electoral de las Generales, acompañando al ahora Diputado en el Congreso Juan Carlos Girauta y a los también Diputados en el Parlament Carlos Carrizosa, Marina Bravo y mi paisana Sonia Sierra.

Sergio se interesó muchísimo por la política local, nos hizo muchas preguntas sobre lo que acontecía en la población y no se fue sin antes intercambiar solicitudes de amistad en las redes sociales. Desde entonces, le he seguido bastante y, a día de hoy, tengo claro que es una de esas personas de la que te sientes orgulloso que te represente.

En sus declaraciones, ya sea en el Parlament o en las redes sociales, no se esconde en absoluto, no tiene miedo a mostrar lo que piensa, lo que siente y es una persona totalmente coherente. El pasado día 3, fue el encargado de, por enésima vez, condenar el franquismo en el Parlament, por más que Rufián, ya saben, el charnego agradecido de ERC, dijese que el partido naranja no ha querido condenar la Dictadura que tuvo que padecer España durante casi 40 años.

Rufián, que para los más despistados es apellido y no apodo, se puso nervioso por el mismo motivo que todos los miembros nacionalistas lo están, porque ya están observando que Ciudadanos va a desenmascarar todas las mentiras de los independentistas. Para comenzar y aún sin Presidente en el Gobierno, ya toda España ha podido observar que, si utilizas el catalán en las Cortes para dar naturalidad y no para agredir, absolutamente nadie (quizá algún despistado del PP) critica el hecho de que se utilice dicha lengua en el hemiciclo y Albert Rivera lo hizo sin complejo alguno.

Rufián y los suyos creen que, por decir mil veces una mentira, se convertirá en verdad, pero lo cierto es que no es así. El propio Girauta, respondiendo a Pablo Iglesias en un tema similar, ya indicó que la única relación que él tiene con el franquismo es a su abuelo que estuvo encarcelado por esos mismos fascistas por luchar por sus ideas.

Pero Iglesias y Rufián estaban despistados ya que, como he dicho antes, el pasado miércoles sin ir más lejos, Sergio Sanz en el Parlament volvió a condenar el franquismo y de modo contundente, «Ante está moción volveremos a manifestar, como siempre hemos hecho, que condenamos el franquismo y cualquier forma de fascismo y tolitarismo».

De verdad digo que relacionar al franquismo con Ciudadanos es la mayor aberración que hay en la política y la más desagradable de las patrañas que, como leyendas urbanas, recorren internet.

Hay otras formaciones, como Podemos o Esquerra, que consideran que la democracia española es una secuela de la Dictadura. Llegan a utilizar el término del posfranquismo para hablar del actual sistema democrático en el que vivimos y que, por más que digan, es la época de mayor libertad, bienestar y paz que hemos vivido en la historia de España. De ese rocambolesco pensamiento vendrá esa rareza de llamar franquistas a los más constitucionalistas.

Pero en el mundo real, en el de las personas sensatas, ser constitucionalista es todo lo contrario, es defender los derechos y las libertades de los españoles. Por eso, para los que defendemos las ideas de C’s, lo primero es la igualdad entre los españoles y la defensa a ultranza de que los ciudadanos son los dueños y soberanos del Estado.

Para los que hemos nacido en democracia, tener que condenar el franquismo es llamativo porque, como es obvio, el Dictador es alguien que no tenemos en mente por la sencilla razón de que no pertenecemos a la misma época. Aún así, Sergio Sanz volvió a condenarlo en nombre de Ciudadanos con un discurso claro y rotundo.

Eso sí, como leí por ahí, es paradójico que los que aclaman a un preso de ETA como Otegui y que lloraron la muerte de un Dictador como Chávez exijan a demócratas que condenemos una Dictadura. Por supuesto que lo hacemos. ¿Y ustedes? ¿Por qué no condenan los atentados de ETA o de Terra Lliure? ¿Por qué no condenan los crímenes de Venezuela?

En fin, volvamos al presente, volvamos a la democracia que imagino que es lo que todos queremos. Eso sí, para que haya democracia, hay que sentarse a negociar, tratar de llegar a acuerdos, firmas, pactos, cosa que hasta ahora muchos se niegan.

Ciudadanos (la historia) – Capítulo V

Continuamos repasando la historia de Ciudadanos (recordad que podéis encontrar el Capítulo IV aquí):

De ese modo, los “andaluces adaptados” daban su apoyo al PSC y la espalda al nuevo partido que, de esta manera, no iba a representar a los castellanoparlantes ni a los que vinieron de otro lugar de España o a sus hijos “porque, para eso, ya está el PSC que además ayudaba a integrarse, no como los de la plataforma que no lo están”. (Por más que la mayoría de firmantes del manifiesto eran catalanes de nacimiento y muchos de ellos hijos y nietos de catalanes también).

Verdaderamente, ni la plataforma de Ciutadans de Catalunya, ni posteriormente el partido Ciudadanos, es el partido de los catalanes de origen español ya que, precisamente, de lo que se trata es de no diferenciar una cosa de la otra porque ser catalán y español es histórica, social y culturalmente lo mismo. Sin embargo, el hecho que ocurrió entre Els altres andalusos y el govern del PSC, sí que determinó uno de los grandes “enemigos” del futuro partido y es lo que yo denomino “El trauma del charnego agradecido” y “El trauma del charnego de ciudad” (que conste, de aquí en adelante y para que no haya equívocos, que me siento legitimado para utilizar el despectivo y mal llamado término charnego, porque a mí me lo han llamado alguna vez también).

El charnego agradecido es el que, cuando va a Andalucía al pueblo de sus padres, ve lo que considera un gran retraso en dicho lugar y piensa en la suerte que tuvo de no nacer ahí, gracias a que sus padres se fueron a un lugar mejor. No entendiende que, precisamente, sus padres colaboraron con su trabajo al crecimiento de Catalunya.

El otro trauma, el de la ciudad, viene de gente que, sabiendo lo anteriormente dicho, se avergüenza de los orígenes humildes de sus familias y reniegan de ellos, creyendo que la mejor forma de lograr eso es abrazarse a todo lo catalán y renunciando a todo lo que provenga del resto de España.

Quizá alguno de estos males afectaban a la asociación Els altres andalusos. Ellos no eran inadaptados, como los de Ciudadanos de Catalunya; ellos estaban adaptados a Catalunya y tan bien lo estaban que el presidente de la asociación, Lluís Cabrera, a día de hoy, está ligado a Esquerra Republicana, se declara independentista y dice que sus antepasados son extranjeros y que sus primos andaluces le roban.

En Catalunya, como en todas partes, el nacionalismo nunca ha dejado de mostrar de una manera u otra su tendencia irreprimible a la exclusión, políticamente negando la legitimidad a PSC y PP antes, y ahora ocurría lo mismo con Ciudadanos, teniendo más gravedad lo del partido naranja ya que es un partido fundado en Catalunya y por catalanes.

En su momento, llegó a escribirse las dudas de la legitimidad que tenía Maragall para ser presidente, por ser de un partido supuestamente dirigido desde España, por no hablar de las que después hubo con Montilla, que era cordobés de nacimiento, por más que después fuese el President que hizo más política radicalmente catalanista (cosa de los traumas del charnego agradecido y del charnego de ciudad, seguramente). Políticamente, se habla de dos tipos de votantes diferentes, el de fuera del cinturón urbano, donde están los “Catalanes, catalanes” (como si se pudiera ser más catalán o menos) y luego los de Barcelona y alrededores, donde (junto a la costa de Tarragona) también se vota a los partidos “Catalanes, españoles” (como si hubiera catalanes que no lo sean)

Sin embargo, toda esta tendencia a la exclusión durante años se ha hecho ver en Catalunya que no existía y, obviamente, cierto es (salvo casos aislados) que no te pegan por hablar en castellano y también es cierto que los catalanoparlantes normalmente te hablan en castellano si ven que no conoces la lengua. Pero eso no quita que haya una reticencia a asumirla como propia por parte de la Administración, así como una protección oficial del catalán.

Lo que no había en Catalunya era una representación política para los liberales y social demócratas no nacionalistas y eso estaba a punto de cambiar.

Imagino que, por eso, de no ser un movimiento catalán, catalán (ironía), los primeros reconocimientos a la plataforma llegaron desde fuera de la comunidad autónoma con el IX Premio Gregorio Ordóñez, que otorga anualmente la fundación que lleva el nombre del que fue concejal donostiarra y presidente del PP de Guipúzcoa, asesinado por ETA en 1995.

El galardón, concedido para distinguir la «manifiesta labor contra el totalitarismo nacionalista» y la defensa del Estado de Derecho que realizaba la plataforma, era una escultura de Aitor Mendizábal que representaba la supervivencia del tronco de un árbol, aunque se desgajen partes de él. Dicho galardón fue entregado por Ana Iríbar a la representación de Ciutadans de Catalunya.

Al recogerlo, Espada expresó su «agradecimiento sentimental, pero también político» por el premio concedido, que considera un «estímulo esperanzador», y anunció que en Catalunya se crearía un nuevo partido político para representar «a los ciudadanos que no tienen ni representación parlamentaria ni moral».

Fuente de la fotografía de portada: libertaddigital.com

Podemos contra el mundo

Ayer parecía uno de esos días de calma, un día para reflexionar si es que, verdaderamente, los partidos tuvieran algo por lo que reflexionar. Pero no es así, pues ya todos hemos visto que la mayoría de partidos siguen en campaña y que desean unas nuevas elecciones. Estamos en unos tiempos en los que la democracia de España se está debilitando y hace unos meses Artur Mas dijo que habían corregido el resultado de las urnas, lo cual deja bien claro que ya hay quien ni siquiera se esconde a la hora de faltar el respeto al Estado de Derecho.

La mayoría de partidos están olvidando que los ciudadanos de a pie no son súbditos del Gobierno, sino que son sus jefes, que los políticos están para servir a la población y olvidar eso en democracia es olvidarlo todo.

Obviamente, no podemos pedir que los partidos acepten cualquier situación, no podemos exigirles que lleguen a pactos contra natura, pero sí que intenten hacer un esfuerzo por dialogar y tratar que la legislatura llegue a buen puerto. Verdaderamente, no entiendo la postura de Podemos y sí algo más la del PP y Rajoy quienes, después del no, no y no de Sánchez, ahora difícilmente pueden sentarse a hablar con los socialistas.

¿Pero Podemos? Ellos mismos han querido desmarcarse, ellos mismos, adoptando por bandera la radicalidad, el extremismo, el populismo y a gente como Otegi, han conseguido que nadie, salvo los que quieren romper el país o los que son tan radicales como ellos, quiera pactar con el partido morado.

Es lícito el pensamiento de Podemos, es lícita su ideología pero, cuando la adoptas, ya sabes que, o tienes mayoría absoluta o no vas a poder gobernar con nadie y, como no hay mayoría, tendrás que permitir que alguien gobierne y, entre esos posibles gobiernos, hay el del PP o el del PSOE. ¿Por qué prefieren el del PP? Esa pregunta tiene difícil respuesta. Entiendo que Podemos espere el sorpaso al PSOE en las hipotéticas elecciones de junio, pero, aún así, ¿qué cree Iglesias? ¿Que el PSOE le permitiría gobernar?

Yo creo que sabe que no y que su único objetivo es ser líder de la oposición sabiendo que, en el caso de que haya un nuevo bipartidismo, si ellos desbancan al PSOE, pronto les tocará gobernar. Por eso su único objetivo es desbancar al PSOE y, por eso también, no lo quieren ver en el Gobierno. Esto habrá quien lo considere lícito pero no lo es, porque los españoles votan para que haya gobierno y no para que, por estrategias de un partido u otro, tengan que repetirse elecciones hasta que, como hizo Mas, puedan corregirse los resultados.

Pablo Iglesias y los suyos aún no han empezado a hacer política y lo lógico sería que, en el caso de que hubiese unos nuevos comicios, los españoles le retiraran apoyos. No en grandes cifras, porque imagino que los separatistas y la extrema izquierda les seguirán votando, ya que desean lo peor para la nación, pero sí esa gente que creyó que Podemos insuflaría algo de aire nuevo y que ya ha podido comprobar que no, que no hay mentalidad más vieja y rancia que la del partido morado.

 

Fuente de la fotografía de portada: lavozdegalicia.es