2015 el año de la República Bananera de Catalunya

El 2015 será recordado como el año en el que un grupo de políticos irresponsables y traidores con la Ley, la Constitución y el Estatut declararon que mi tierra Catalunya iniciaba su camino en república bananera.

Un año institucionalmente perdido, en el que no ha mejorado ni el paro ni la sanidad ni la cultura… y en el que únicamente han subido los casos de corrupción.

El año en el que todos (si es que nos quedaba alguna duda) nos hemos cerciorado de que el independentismo del señor Artur Mas es solamente una cortina para tapar la corrupción de su partido, una corrupción familiar e institucional que viene desde los primeros días del Pujolismo.

El año acaba con los miembros de la CUP, un partido supuestamente antisistema pero que participa del sistema, sobre todo para pararlo, para no dejar que Catalunya tenga por fin un gobierno.

La CUP sabe que Mas no es independentista, que todo esto es una farsa y está dividida entre hacer ver que no se dan cuentan y conseguir su anhelo independentista y, pir otro lado, ser sinceros con ellos mismos y con todos los catalanes y no investir a Mas, porque saben que hacerlo sería ser cómplices del partido de la burguesía catalana y de su plan para tapar la corrupción.

Veremos qué nos depara el 2016, si al final la CUP se decide entre Mas o Març (Marzo) y, a partir de ahí, veremos qué posibilidades hay. A día de hoy, yo creo que todos quieren nuevas elecciones. La CUP porque desea salir ya de este entuerto; Catalunya Sí que es Pot porque, dados los últimos resultados de Podemos, ven la posibilidad de subir y ser una alternativa; PP y PSOE porque, dados los malos resultados, no tienen mucho que perder; Ciudadanos porque podría ser primera fuerza de repetirse los resultados de autonómicas y si Convergència y ERC van por separado; los republicanos porque se ven por delante del partido de Mas y, probablemente, primera fuerza; y Convergència porque, por fin, podría salir de este callejón sin salida.

Porque si ocurre lo contrario, si Artur Mas es investido, entraremos en una vía sin retorno que no nos va a llevar a la independencia, porque independencia no va a haber, entre otras muchas cosas porque el pueblo catalán ya ha dicho por activa y por pasiva que no la quiere. Pero sí seguiríamos con un gobierno que no gobernaría, con pleitos y juicios, que quién sabe cómo acabarían.

Lo único que sabemos es que el plan secesionista que acabaría en 18 meses con un referéndum sobre la independencia no existe nada más que en la mente de Artur Mas y los que le siguen ciegamente.

De modo que solamente nos quedaría por ver dónde acaba la obstinación de Mas y Junqueras o… ¿verdaderamente van a forzar que los Mossos d’Esquadra les detengan por alta traición e intento de golpe de Estado?

Hoy acaba el año de la República Bananera de Catalunya. Esperemos que el 2016 sea el año de la vuelta a la normalidad, porque no quiero ni imaginarme lo que sería otro año de desgobierno en el que los políticos separatistas, en lugar de gobernar, solamente se dedicasen a enfrentar a los catalanes y en el que la Generalitat, en lugar de destinar el dinero a sanidad o educación, lo siguiese dedicando a poner embajadas catalanas, manifestaciones y financiar entidades y medios de comunicación para que promuevan el odio a España.

El asesinato del General Prim

En estos años en los que en Catalunya se ha trastocado la historia malintencionadamente para favorecer al proceso independentista, creo que es bueno que, de vez en cuando, miremos al pasado y repasemos la verdadera historia de Catalunya, esa historia en la cual los catalanes siempre han formado parte importante de España. Hoy es el aniversario del asesinato del General Joan Prim i Prats, presidente del Consejo de Ministros (del Gobierno), nacido en Reus y quien, en las elecciones de 1869, tuvo como rival al también catalán Francesc Pi i Margall.

Con sólo 19 años, entró en el ejército para participar en la I Guerra Carlista del lado de los Isabelinos. Al no tener preparación castrense ni ser miembro de la nobleza, comenzó de soldado raso. Al terminar la guerra, tenía 26 años, había tomado parte en 35 acciones, convirtiéndose en uno de los coroneles más jóvenes y su nombre era ya un símbolo de valor.

En 1841 se presentó a diputado por la provincia de Tarragona y obtuvo el escaño. Le nombraron Subinspector de Carabineros de Andalucía, puesto donde consiguió evitar que los partidarios de devolver la regencia a María Cristina pudieran entrar en España por Gibraltar.

Prim, que como buen catalán era catalanista y como buen español era españolista, se enemistó con Espartero por desfavorecer a la industria textil catalana y, sobre todo, cuando bombardeó la ciudad de Barcelona debido a una revuelta de trabajadores. Prim, que era monárquico pero creía en las libertades de la Constitución de Cádiz, el 30 de mayo de 1843 encabezó un levantamiento en Reus contra el Regente. Espartero se vio obligado a abandonar el país y la intervención de Prim en su caída le valió los títulos de Conde de Reus y Vizconde del Bruch.

Le nombraron gobernador de Barcelona para que acabara con la revuelta «radical» conocida como «de la Jamància» que estalló a mediados de agosto de 1843 en Barcelona. Prim se enfrentó a la multitud y sometió a un asedio terrible a la ciudad de Barcelona durante un mes hasta que se rindieron. En los meses siguientes, fue tomando una a una las ciudades sublevadas, fue nombrado General en Puerto Rico y, a su vuelta en 1851, se presentó de nuevo a Diputado, convirtiéndose en uno de los defensores del mundo catalán en Madrid. Esto lo demostró sobre todo abogando por una política proteccionista para el «trabajo nacional», es decir, para la industria, que esos momentos sólo existía en Catalunya.

La noche del 11 de enero de 1857, Prim fue detenido, acusado de haber alentado las insurrecciones que se habían producido contra el Gobierno de Narváez. Condenado a seis meses, la pena fue conmutada por destierro en la ciudad bajo palabra de no intentar escapar. A pesar de no poder hacer campaña, fue elegido por una mayoría abrumadora Diputado por el distrito de Reus.

Comenzó la Guerra en Marruecos y Catalunya organizó un batallón de voluntarios, pagado por la Diputación Provincial de Barcelona, que desembarcó en Marruecos a principios de febrero de 1860 bajo el mando de Prim, el cual les arengó en catalán «Recordeu que sou l’orgull de la pàtria». (Recordad que sois el orgullo de la patria). Con los cañones conquistados al enemigo en esa batalla, se construyeron los famosos leones del Congreso de los Diputados.

La Revolución de 1868 o La Gloriosa fue un levantamiento revolucionario que tuvo lugar en septiembre de 1868 y supuso el destronamiento de la reina Isabel II, quien se exilió en Francia, y el inicio del período denominado Sexenio Democrático. A partir del triunfo de la Revolución, se intentará crear en España un nuevo sistema de gobierno. Por primera vez, se celebran unas elecciones por sufragio universal masculino.

La coalición de liberales, moderados y republicanos se enfrentaba a la tarea de encontrar un mejor gobierno que sustituyera al de Isabel. Al principio, las Cortes rechazaron el concepto de una república para España y Serrano fue nombrado regente mientras se buscaba un monarca adecuado para liderar el país. Previamente, se había aprobado una constitución de corte liberal que fue promulgada por las Cortes en 1869.

En las elecciones del 15 de enero de 1869, se debía dilucidar quién sería Presidente del Gobierno. Las alternativas a Joan Prim, líder de la coalición progresista liberal, eran el ya mencionado y también catalán Francesc Pi i Margall y el pretendiente al trono Carlos María de Borbón, quien lideraba la comunión católica-monárquica.

De modo que, para que nos entendamos, Prim defendía una monarquía, a pesar de que aún se debía decidir quién sería rey, ya que para Prim había unos requisitos indispensables, entre ellos que el monarca no fuera Borbón, ya que entendía que los Borbones eran los causantes del retraso de España y, a más, debía ser un hombre de corte liberal y que aceptase una España más democrática. Mientras tanto, Pi defendía la República y Carlos una monarquía con él, un Borbón, como monarca. Finalmente, más de dos tercios de los españoles eligieron al catalán General Prim como Presidente del Gobierno y como máxima autoridad para decidir quien debía ser Rey de España.

Una vez en la presidencia, encontrar al monarca ideal no fue tarea fácil. El General Prim siempre negó la posibilidad de los Borbones. Mientras tomaba la decisión, hubo grandes presiones, dentro incluso del mismo partido, pues unos comenzaban a pensar en que lo mejor era la República, cosa a la que el General Prim se oponía, y otros, sin embargo, apostaban por Antonio de Orleans, Duque de Montpensier, uno de los aristócratas que había financiado la Revolución contra Isabel II (era su cuñada). El Duque de Montpesier no era la opción preferida del General Prim, pero fue una posibilidad que no se descartó hasta que los diarios narraron que había matado a su primo Enrique de Borbón en un duelo en las afueras de Madrid.

Prim no podía permitir que «el Rey de España tuviera las manos manchadas de sangre». El preferido de Prim era Amadeo de Saboya, hijo del Rey de Italia y quien lo reunía todo para el cargo: procedente de una antigua dinastía (vinculada con la española), progresista, bautizado católico… A primera instancia, el candidato italiano dijo no porque la tensión que había en toda Europa y el crecimiento del sentir republicano le hacía pensar que podía acabar todo en una nueva guerra.

Prim no quería equivocarse en el candidato al trono, sin embargo, el tiempo pasaba y los nervios crecían. Los monárquicos creían que, mientras más días pasaran, más cerca estaba la posibilidad de la República. Eso hizo que entre algunos grupos monárquicos se opinara que el problema era Prim y, por ese mismo motivo, se comenzase a planear cómo librarse de él. De hecho, incluso se pararon algunos intentos de atentado contra su persona.

A pesar de aquellos intentos de atentado, el General Prim se negó siempre a reforzar la seguridad sobre su persona ya que era de la opinión de que, si lo hacía, también debería hacerlo con el resto de diputados. Prim y su gobierno volvieron a dialogar y convencieron a Amadeo de Saboya de que fuera el nuevo Rey de España. El italiano aceptó, siempre y cuando así lo quisiesen los miembros de la Cámara.

Finalmente, con 191 votos a favor Amadeo de Saboya, éste fue declarado Rey de España. El 27 de diciembre, a la salida del Congreso y a la altura de la calle del Turco, una emboscada asaltaba el coche de caballos donde tirotearon al General Prim, quien milagrosamente no murió y pudo ser llevado a su casa donde los médicos lucharon por salvar su vida.

Sobre su muerte el día 30 de diciembre, hay mucho escrito. Fuese cómo fuese, tal día como hoy murió un catalán y español universal, que dedicó su vida a la lucha por la unidad de la nación, defendió a Catalunya en el Congreso y luchó porque los catalanes fuesen los más españoles de todos ya que vivían entre dos culturas y dos lenguas españolas, cosa que otros españoles no podían decir. Ya moribundo y según los historiadores, preguntó a sus ayudantes qué día era. Cuando le contestaron que 30, añadió «Hoy llega el Rey y yo me voy, Viva el Rey, Viva España».

Compromís-Podemos le regaló dos Diputados al PP

Estos días ha salido una noticia por diversos diarios en los que explica con total claridad cómo Podemos se aprovecha del sistema electoral para formar cuatro grupos parlamentarios diferentes: Podemos (42 Diputados), En Comú-Podem (12), Compromís-Podemos (9) y En Marea (6), lo que le beneficia políticamente ya que, al tener cuatro grupos, tendría cuatro turnos de palabra, cuatro intervenciones y, sobre todo, les beneficiría económicamente dado que cada uno de ellos percibiría al mes 28.597€. A más a más, se pagaría por cada diputado de modo que, si Podemos formase un grupo sólo (estaría bien que así lo hiciesen ahora que los han pillado con el carrito del helado), el Estado (sueldos aparte) les tendría que pagar 1.705.630€. Sin embargo, al formar cuatro grupos, Podemos y sus satélites costarán al Estado 2,735.125€ (Podemos 1.172.491,92€, En Comú 580.115,52€, Compromís-Podemos 520.877,28€ y En Marea 461.640,24€).

Todo legal, todo permitido, pero para un partido que apuesta y presume de ser los de abajo, de querer ahorrar gastos, que se queja del coste de los políticos en España, comenzar su andadura haciendo que los españoles tengan que «regalar» un millón de euros a su formación política no creo que sea el mejor modo de comenzar pero, en fin, tampoco es la primera mentira de la legislatura de Podemos.

De modo que que Podemos tenga grupos satélites en Catalunya, Valencia y Galicia nos cuesta a los españoles un millón de euros pero, claro, parece obvio y los miembros y seguidores de Podemos dirán que lo que se buscaba no es el dinero, sino tener más votos y, con ello, más Diputados. Y, ¿qué pensarían ustedes si les digo que no es así? ¿Si les dijese que, por ejemplo, la unión de Compromís y Podemos en la Comunidad Valenciana le «regaló» dos Diputados al Partido Popular? ¿Sorprendidos? Voy a tratar de explicarme.

El hecho de que en Galicia no haya habido autonómicas y que en Catalunya los independentistas hayan usado el voto en negativo que expliqué el otro día no me permite hacer un estudio sobre si Podemos, con sus uniones, ha «regalado» Diputados a otras formaciones, pero en la Comunidad Valenciana sí que lo ha hecho.

Empezaremos por Alicante, lugar donde se reparten 12 Diputados. En esa provincia, si sumásemos los votos de Compromís y Podemos en las pasadas Autonómicas, obtenemos la cifra de 199.009 votos. Si los repartimos en porcentaje, el 50,3 son de Compromís y el 49,7 de Podemos. En Generales ya, como Compromís-Podemos han sacado 200.855 votos, es decir, un poco más, pero al haber subido el total de votantes, obtienen menos porcentaje que en Autonómicas. Eso nos lleva a dos cosas. Una, que a pesar de que los votos parece a primera vista que han sido un éxito de Compromís-Podemos, la realidad es que, respecto a Autonómicas, el PP y Ciudadanos han subido y PSOE y Compromís-Podemos han bajado. Pero ahora vamos a utilizar las matemáticas para repartir los 200.855 entre Compromís y Podemos y veremos qué hubiera pasado de ir por separado. Como en las Autonómicas, daremos el 50,3% de esos votos a Compromís y el 47,7% a Podemos, lo que nos da 101.831 votos a Compromís y 99.024 a Podemos. Utilizando la Ley d’Hont significaría que los 12 escaños de Alicante se hubieran repartido así: PP 3, PSOE 3, Ciudadanos 2, Compromís 2 y Podemos 2. Es decir, el PP, que sacó 4, hubiera perdido uno y, si Compromís y Podemos, que sacaron 3, hubieran pactado después de las elecciones, hubieran ganado uno (2+2). ¿Qué ha ganado Podemos con esto? Dos cosas, parecer que tiene más votos de los que tiene, 100.000 que son en realidad de Compromís, y la mitad del dinero del grupo propio Valenciano que, de ir con la marca nacional, no tendría.

Con esta misma regla, en Castellón no habría cambios a la hora de repartir los escaños, sólo que aparentemente son segunda fuerza, cuando de ir por separado hubieran sido cuarta y quinta. Pero, ya digo, es un efecto más visual que otra cosa porque los escaños hubieran sido los mismos. Donde sí hubiera habido cambios es en la provincia de Valencia donde en Autonómicas, de ir juntos, hubieran sacado 458.134 votos (310.215 de Compromís y 147.919 de Podemos) y en las Generales, aunque parezca que han tenido un gran éxito, solamente han conseguido 395.759. Es decir, en Valencia han subido respecto a Autonómicas PP, PSOE y Ciudadanos y ha bajado Compromís-Podemos. Si repartiéramos esos votos entre las dos formaciones siguiendo el porcentaje de las Autonómicas, 67,7 para Compromís y 32,3 para Podemos, nos encontraríamos con que los nacionalistas serían tercera fuerza en esta provincia y los morados quinta y, a la hora de hacer el reparto de escaños, serían PP 4, PSOE 3, Compromís 3, Ciudadanos 3 y Podemos 2. Es decir, el PP, que obtuvo 5, perdería uno que ganaría Ciudadanos.

De modo que, uniendo toda la Comunidad Valenciana, en el caso de que Compromís y Podemos hubieran ido por separado, los resultados hubieran sido estos: PP 9, PSOE 7, Compromís 6, Ciudadanos 6 y Podemos 4. Es decir, que el Partido Popular hubiera perdido 2 que hubieran ido a recalar en las cuentas de Ciudadanos y Compromís. Una unión posterior, por una hipotética investidura, hubiera dado a la formación de los nacionalistas y podemitas 10 escaños y no 9 pero, claro, entonces Podemos no tendría otro turno de palabra y no hubiera «pillado» tajada económica de tener otro grupo diferente y que, unido al de Catalunya y Galicia, le hace obtener 1 millón de euros anuales a costa del contribuyente.

Es una pena que en Galicia, por no haber habido Autonómicas, y en Catalunya, donde los independentistas han votado a Podemos, no podamos valorar y hacer un estudio similar a éste. Pero en la Comunidad Valenciana ya hemos visto que, por tener un grupo propio (y lo que eso significa económicamente), Compromís y Podemos han perdido un escaño y, lo que es peor, le han hecho ganar dos al Partido Popular.

Catalunya en miniatura

Es verdaderamente increíble que un personaje tenebroso como Artur Mas esté llevando a mi tierra a un ridículo espantoso en los últimos años. El hombre que fuese delfín del ex-molt honorable y ahora presunto ladrón Jordi Pujol está ridiculizando tanto a Catalunya que ha quedado en miniatura.

Primero, rompió su partido, después rompió Junts pel Sí y ahora ha roto hasta a la CUP. Mientras eso ocurría, ha enfrentado y ha querido repartir carnets de buenos y malos catalanes.

Ha malgastado el dinero en embajadas, en manifestaciones y en financiar asociaciones, diarios y televisiones, mientras recortaba en sanidad y educación y todo, ¿para qué? Quién sabe, quizá para salvar a Papá Jordi Pujol.

Los catalanes hemos tenido que votar tres veces en cinco años y, si nada cambia, en marzo volveremos a pasar nuevamente por las urnas y todo por una visión de Mas, todo porque, de la noche al día, una mañana se despertó independentista.

En las elecciones de 2010, antes de que Convergència se pasase al lado independentista, CiU obtuvo 1.200.000 votos y 62 escaños. No contento con eso, el señor Mas decidió adelantar las elecciones buscando el respaldo para iniciar el proceso separatista.

Perdió 12 escaños, pero eso no hizo que se echase atrás, todo lo contrario. Esquerra Republicana le permitió gobernar y Mas siguió con sus embajadas, sus manifestaciones y su perversión de la historia.

En las elecciones europeas de 2014, ERC consigue más votos que CiU. Solamente un par de meses después, Jordi Pujol confiesa que tiene una cuenta en Suiza, supuestamente de una herencia. Poco a poco, se va conociendo que de herencia nada, que los Pujol son un clan mafioso y que en su época como President hicieron mordidas del 3, 5 y hasta 7% a la hora de adjudicar obra píblica.

ERC deja de ser aliado de CiU. Pero los de Artur Mas tapan todo con la estelada y con el España nos roba. Por su camino hacia el independentismo y los casos de corrupción en los cuales se llegan a embargar las sedes de Convergència, Unió rompe la coalición y decide andar por separado.

Comienzan a exigir unas nuevas elecciones. ERC se cree por encima de Convergència y desea los nuevos comicios, pero las encuestas comienzan a teñirse de naranja de Ciudadanos y ERC comienza a pensar que no ganará las elecciones.

El astuto Mas pretende juntar a su partido con Esquerra y otras asociaciones separatistas para hacer de las elecciones un pseudoreferéndum independentista. Las elecciones son un fracaso para Junts pel Sí que baja de 71 (CiU+ERC) a 63 escaños, es decir, los que sólo cinco años antes tenía CiU.

Pero como Mas nunca pierde, dice ahora que la mayoría de Junts pel Sí no es necesaria y que le valdría con una mayoría independentista junto a la CUP, que en ningún momento había dicho que le investiría como President. Es más, Antonio Baños siempre dijo que dirían No.

La CUP decía que, si no tenían el 51%, no había lugar al proceso. Tras las elecciones, los independentistas consiguen el 47,8% de los votos. Ahí Baños miente y, al haber conseguido mayoría en diputados, decide iniciar el proceso.

Lo hacen con una excusa absurda pues, según ellos, a Catalunya Sí que es Pot le han votado personas del Sí, de modo que no cuenta como No. Así que, en esa perversión de los datos y según sus cuentas, hay 47,8% del Sí y 39,1% del No.

En los dos primeros intentos, la CUP dice No a Mas en la investidura en el Parlament. Después de votaciones de asamblea una y otra vez y todo el mundo pensando que se repetirían hasta que saliera Sí, yo aposté por la legalidad de la CUP y creí que diría No a Mas. Sin embargo, con toda Catalunya, con media España y parte del mundo mirando, la CUP hace la asamblea definitiva que va a decidir si Sí o si No y…empatan. Es decir, los de la CUP nos quieren hacer creer que los catalanes nos hemos puesto de acuerdo para la independencia, pero ellos no se ponen de acuerdo ni siquiera en lo que son.

Los independentistas están haciendo que mi tierra sea ridícula, vergonzosa, lamentable y, nos guste o no, tanto los independentistas como los constitucionalistas queremos una Catalunya grande, rica y esplendorosa y, por culpa de los separatistas que piden derecho a decidir y demuestran que no saben decidirse ni ellos, nos está quedando una Catalunya en miniatura.

 

Fuente de la fotografia de portada: mundoviajero.com

27 de diciembre… CUP,CUP,CUP

Hoy es la famosa asamblea de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) en la que más de tres mil de sus miembros van a decidir si apoyan o no la investidura de Artur Mas como President de la Generalitat.

Todo el mundo da por hecho que finalmente dirán Sí; es más, muchos piensan que todo ha sido un paripé que desde el principio estuvo pactado y que todo lo que ha ocurrido desde el 27 de septiembre no ha sido más que un sainete con un reparto deplorable.

Yo siempre he defendido que la CUP no hará presidente a Mas, de hecho, antes de que se supiesen los resultados electorales en Catalunya, yo siempre aposté a que se iban a tener que repetir las elecciones dado que no iba a ser posible formar gobierno.

Voy a ser sincero y, de hecho, alguna vez ya lo he dicho. Yo, personalmente, quiero que se repitan las elecciones. Algún asiduo al blog quizá opinará que es una contradicción apoyar que en el gobierno central deba haber un pacto de Estado para no repetir elecciones y que, sin embargo, desee que en Catalunya sí las haya. Pero no, no es una contradicción y explicaré por qué.

Es obvio que, si se repitieran las elecciones Generales, todo nos llevaría a pensar que los resultados no podrían cambiar mucho. Sin embargo, en Catalunya sí que lo harían porque, de hecho, ni siquiera se presentarían las mismas formaciones ya que, tras el fracaso del 27S, esa coalición imposible que es Junts pel Sí tendría que separarse y Convergència y Esquerra volverían a luchar por separado.

¿Eso cambiaría el panorama? Sí, lo haría, pero los resultados, la aritmética y lo que se percibe en Catalunya me hacen pensar que podría haber un nuevo cambio. La CUP podría ir, juntos o mediante pactos posteriores, con En Comú de Ada Colau, ¡ojo! no con Podemos, sino con En Comú. Es decir, que hubiera un partido de izquierdas de carácter catalanista y que buscara un referéndum para Catalunya, pero sin olvidarse de los asuntos sociales, sería una posibilidad dentro de este cambio.

Para la CUP, al menos para las bases, los temas sociales siempre han estado por encima del Sí o No a la independencia de Catalunya y, uniéndose a En Comú y haciendo resultados, tendría una coalición fuerte en busca de ello y sin dejar de lado la consulta. Sería algo así como cambiar de mapa para buscar el mismo tesoro.

Obviamente, no seré yo quien se preocupe por que a la CUP le vaya bien pero, por encima de todo, soy un demócrata y, a mi forma de ver, el planteamiento que propongo  nos permitiría ver un Parlament mucho más equitativo al pueblo y con más posibilidades de pactos para hacer gobierno.

Una vez, una compañera de la CUP de mi ciudad me describió a su partido como: «Estamos un poco locos, pero todos saben lo que somos y cuál es nuestro discurso». Y así ha sido hasta ahora, pero si la CUP hace Presidente a Artur Mas se habrá acabado ese discurso y ya no sabremos qué son. Porque si la CUP hasta ahora ha luchado contra alguien, es precisamente contra la Catalunya burguesa que defiende el hasta ahora President de la Generalitat.

Lo que voy a decir ahora no me lo interpreten mal, pero en Catalunya todos somos catalanistas de un modo u otro. Mi forma de entender esa catalanidad consiste en mostrar y demostrar que los catalanes somos tan españoles como los que más, que siempre hemos formado parte importante de la historia del país y que nos gustaría ser la locomotora de España. Y, aunque desde fuera de estas tierras os parezca imposible, estoy totalmente seguro de que podemos convencer a una mayoría de que esto puede y debe ser así.

Yo soy un convencido de que muchos de los que dicen ser independentistas realmente no lo son. De que la estelada ha sido un refugio donde cobijarse mientras el gobierno central decía que había que españolizar a los catalanes, que en realidad lo que quiso decir Wert es castellanizar, porque a los catalanes no se nos puede españolizar porque ya somos tan españoles como uno de Madrid, Sevilla, Bilbao o Zaragoza.

Pero lo que buscamos las formaciones, tanto los de la CUP como los de Ciudadanos, no se puede conseguir con el Parlament actual y eso todos lo sabemos. Junts pel Sí sólo servía en el caso de que ganara las elecciones por mayoría y buscar a la CUP para llenar el hueco que les falta es una perversión pues significa no entender lo que este partido representa.

Hoy todos damos por hecho que dirán Sí a Artur Mas. Yo debo ser muy cabezota porque sigo pensando que dirán No, a pesar de que casi debo haberme quedado solo en este pensamiento. Además de creerlo, lo deseo y no porque sea mejor para Ciudadanos, porque tampoco estoy seguro de que fuese así, sino porque en un supuesto caso como el que he expuesto antes, el Parlament representaría mejor lo que es el pueblo catalán. Y es verdad que se tendría que pactar probablemente, pero lo que sí es seguro es que quedaría más claro de lo que está ahora qué queremos los catalanes. Si finalmente la presión y las amenazas hacen que la CUP se abrace a Artur Mas, será una doble pérdida para ellos: una, porque no van a conseguir el sueño independentista, y, dos, porque van a perder toda su credibilidad.

 

Fuente de la fotografía de portada: WordPress.com

Al PSOE se le caen las letras

La viñeta de EL JUEVES refleja de modo lapidario el porqué de la decadencia del PSOE, cómo el partido de los socialistas ha dejado de ser el partido de referencia para la modernidad, prosperidad y progreso y ha derivado a ser algo así como un dinosaurio que espera la llegada del asteroide.

Al PSOE se le caen las letras, abandonó el marxismo y los gobiernos socialistas no llegaron a tomar ninguna gran medida reformadora sin el consentimiento de tres importantes poderes fácticos: la Banca, la Iglesia y el Ejército.

El descontento de los sindicatos fue creciendo y el 14 de diciembre de 1988 organizaron una huelga general. Durante estos últimos años existió una trama de financiación ilegal del partido, que se destaparía años más tarde, conocida como caso Filesa, a través de una sentencia del Tribunal Supremo en 1997.

Aunque el partido se había opuesto inicialmente a la OTAN, el gobierno de González organizó y ganó un referéndum sobre la cuestión en 1986, pidiendo un voto favorable. El Gobierno fue criticado por evitar los nombres oficiales de la organización utilizando términos como «Alianza Atlántica» no oficiales.

Después, el PSOE dañó claramente a los obreros con los contratos temporales que aún a día de hoy hace que el trabajo sea precario y que sólo ha conseguido que los que ahora tienen entre 30 y 40 años no tengan ni hayan tenido nunca un contrato indefinido.

Hace ya mucho tiempo que el PSOE perdió la S de Socialista y la O de Obrero y la E de Español en lugares como en mi tierra, Catalunya, donde llegó a pactar con el gobierno catalán junto con ERC para diseñar el nuevo Estatut, el tiro de salida del proceso soberanista catalán que después continuaría Artur Mas.

Pero en Catalunya siempre se han excusado diciendo que no es lo mismo del todo el PSC que el PSOE. De hecho, no hace falta más que ver los resultados electorales para que nos demos cuenta de que es así también para los ciudadanos, ya que muchos votantes del PSOE en Generales votan en Autonómicas para Catalunya a otras formaciones, normalmente a Ciudadanos.

De modo que los catalanes ya sabemos cómo se las gasta el PSC y siempre nos hemos preguntado qué pensarían en Madrid, Extremadura o Andalucía si vieran que el PSOE, de un modo u otro, apoya el independentismo. Pues, bien, Pablo Iglesias cree que ha llegado el momento, que el PSOE debe perder también ya la E de Español.

El mal llamado Derecho a Decidir es una forma de ver la democracia de modo perverso, es decir, si hay Derecho a Decidir, si hay derecho a una consulta soberanista, significa que hay Derecho de Autodeterminación, lo que significaría que Catalunya se consideraría un terreno ocupado que tiene el derecho a la secesión y, con lo cual, el pueblo español sería privado del más importante derecho constitucional que tiene, la Soberanía Nacional.

Empecemos diciendo que no existe tal cosa como un “Derecho a Decidir” en derecho internacional. Se trata de una expresión desconocida y, en consecuencia, sin contenido jurídico. Lo que sí existe es el Derecho a la Autodeterminación de los pueblos, cosa que sólo alcanza a los “pueblos y países sujetos a dominación colonial” [Resolución de la Asamblea General de la ONU 1514 (XV) de 1960].

Es decir, solamente en el caso de que las Naciones Unidas consideraran a Catalunya una colonia, cosa que obviamente no es, podría haber ese referéndum. En el resto de casos, solamente se podría hacer si los Diputados cambiaran la Constitución, y ¡ojo!, llegado ese momento, solamente con hacer la consulta ya se estaría reconociendo la soberanía del pueblo catalán y podría haber una independencia legal, tanto si gana el Sí como el No. Además, si ganara el No, se podría repetir dicho referéndum una y mil veces, es decir, que mientras los 999 No serían temporales, un solo Sí sería para la eternidad.

El PSOE tendrá que decidirse, tendrá que valorar, pero lo cierto es que ha llegado el momento de dejar de mirar por las siglas y hacerlo por el bien del país. Porque si el PSOE, que después fue EL POE y tras ello el PE, pierde también la E, sólo le quedará la P de Podemos.

 

Fuente de la fotofrafía de portada: eljueves.es

La nochebuena de la política

En la Cena de Navidad de la política española, ocurren cosas parecidas a situaciones que muchos pueden vivir en su casa. Alrededor de la mesa, que sería el Congreso, se reúnen personas de diferentes generaciones, de diferentes pensamientos, personas que a lo mejor no se han hablado en todo el año, incluso alguno que cree que no debería estar allí.  Mientras, desde una ventana, muchos ven a esa familia de políticos creyendo que en realidad sólo están ahí por el champagne y las gambas y que no tienen espíritu navideño.

El padre es el Partido Popular se cree con autoridad para que se haga lo que él quiera «Que para eso soy el padre de familia». Pero, sin embargo, los hijos piensan que el padre no se entera, que ya ha pasado su época. Sobretodo el mayor, el PSOE, quien a pesar de que en algunas cosas se parece a su padre, no quiere reconocerlo. Cree que debe mostrar una cierta autoridad y esta pasa por no hacer todo lo que el padre diga, incluso no darle la razón cuando la tiene.

Ese hermano mayor protege mucho a su hermana pequeña, que es Podemos. Esta tiene la rebeldía típica de la edad. Sus padres y su hermano mayor creen que ya cambiará «cuando sepa lo que es la vida», pero ella jura y perjura que no lo hará, que jamás se vestirá como los mayores y que eso de la Cena de Navidad es un rollo, que siempre se come lo mismo. Podemos se siente más cómoda porque ha llevado a su novio, que son Compromís-Bildu-CUP, pero ni a su hermano mayor ni a su padre y madre les gusta ese chico pues creen que no es de buena familia.

Su novio en realidad está allí por Podemos, porque si fuera por él, no formaría parte de aquella familia. A los padres les gustaba más el novio anterior que era Izquierda Unida, «que, aunque también tenía sus cosas, al menos era serio y formal».

Después están los gemelos, PNV y Convergència. Estos siempre andan a lo suyo, pero al menos no molestan. Casi sólo hablan entre ellos, aunque estas Navidades todo es un poco diferente porque Convergència sale con una chica, ERC, aunque todos saben que no llegarán a nada ya que, si ni con su novia anterior, Unió, llegó nunca a estar bien, cómo va a estarlo con esta nueva novia con la que no tiene nada en común… Pero, en fin, «ellos sabrán», piensa la madre que es Ciudadanos y quien, a pesar de que no aprueba según qué cosas, sabe que en el fondo son su familia y que es más lo que les une que lo que lo separa. Es por ello que quiere que no se peleen, que lleguen a un acuerdo y que tengan la fiesta en paz.

El padre pone la televisión para oír el discurso del Rey y pide silencio. Su hija Podemos dice que no le representa, su novio Bildu-Compromís-CUP afirma con la cabeza, su hermano mayor PSOE sonríe ante la ocurrencia de su hermana pero se pone a escuchar, los gemelos no hacen caso y siguen hablando entre ellos y la madre mira la televisión recordando cuando ella era aún una niña y veía el discurso con su padre Suárez. Eran Navidades felices y, a pesar de las penurias, toda la familia estaba unida.

Y esta es la familia de la política española, una familia que puede ser muy parecida a las que hay en muchas casas.

Desde Ciudadano Adrián les deseo a todos ¡Feliz Navidad! y, como ya se sabe de qué pié cojeo, les doy un consejo para estas Navidades… Hagan siempre caso a las madres que son las que más saben de esto.

FELIZ NAVIDAD, SEAN FELICES

 

Votar en negativo

Tras la muerte del Dictador Francisco Franco, el Rey Juan Carlos y el Presidente Suárez impulsaron el sistema democrático en España. Más allá de sus imperfecciones, de la Ley d’Hont y de los escaños que se «regalan» a las provincias, el sistema electoral era el reflejo de que la soberanía nacional residía en el pueblo español, en los ciudadanos que con su voto deben decidir lo que es mejor para la nación.

Sin embargo, en estos momentos de locura que se vive en nuestro país ha ocurrido algo que, a mi modo de entender la democracia, es inadmisible: la prostitución de la democracia, el votar en negativo, es decir, votar al peor de los candidatos a posta para sacar provecho de ello.

Obviamente, estoy hablando del voto de los independentistas catalanes y vascos, de ese voto con odio, con rencor y sinvergüenza cuyo único objetivo es romper España. Yo siempre he dicho que, a mi modo de ver la democracia, el sentimiento independentista puede tener cabida, lo que no tiene cabida es la  independencia de los pueblos porque la soberanía no la tienen los territorios, sino el global de los españoles y esa es la base de nuestra nación y del Estado de Bienestar.

Para mí, que soy de esa mayoría de catalanes que nos sentimos también españoles y europeos, sería muy fácil querer vender la moto de que el independentismo ha bajado en Catalunya, es decir, que yo podría titular la entrada de hoy «En sólo tres meses el independentismo cae 17 puntos en Catalunya», pero eso no es verdad y yo no soy un hipócrita y, con los datos en la mano, casi 800.000 independentistas, es decir, la mitad de ellos, ha votado en negativo queriendo perjudicar a España.

A esos 800.000, hay que sumar 200.ooo votos que han ido del nacionalismo vasco a Podemos en Euskadi por el mismo motivo, es decir, que solamente entre Catalunya y Euskadi ha habido un millón de votos en negativo a Podemos que han votado lo que era peor para la unidad de España. Y todo por el señuelo de un referéndum por la independencia que no se hará jamás.

Esta forma de votar descerebrada, ruín y fanática ha alterado las Elecciones Generales de nuestro país de forma miserable. Sin los votos en negativo que han acabado en Podemos, el partido de Pablo Iglesias probablemente hubiera obtenido menos votos que Ciudadanos, aunque curiosamente el gran beneficiado de esta estrategia lamentable de los que quieren romper España es el Partido Popular y  Mariano Rajoy.

En este sueño de llegar al Reino de Oz de la Catalunya o el Euskadi fuera de España, los independentistas son a la vez el hombre de hojalata sin corazón, el espantapajaros sin cerebro y el león cobarde. Que los que quieren romper España declararan en las encuestas que iban a votar a Podemos lo único que ha conseguido (y ahí han estado listos Mariano Rajoy y los suyos filtrándolo) es que muchos de los que iban a cambiar PP y PSOE por Ciudadanos o alguna otra formación han acabado volviendo al partido que votaban siempre por miedo a que hubiera la posibilidad de que nuestro país pudiera ser gobernado por un partido de la izquierda radical que tiene como inspiración el chavismo y que va de la mano de la herencia de ETA en el País Vasco.

Espero que esta sea la primera y última vez que haya al menos un millón de personas que voten en negativo, porque eso no es democracia, eso sólo tiene un nombre: prostitución política.

 

Fuente de la fotografía de portada: elimparcial.es

¿Por qué Podemos quiere pactar con la casta?

Yo creía que los españoles querían acabar con el bipartidismo, de verdad que lo creía. Pero no, no ha sido así y no me refiero a que PP y PSOE hayan sido las dos primeras fuerzas, sino también a Podemos que, tras un año criticando a la casta, ahora quiere pactar con ellos.

A mí no me sorprende que los dirigentes de Podemos quieran ahora unirse al bipartidismo, pero sí que los votantes de dicho partido también lo quieran.

Eso sólo quiere decir una cosa, que nuestros compatriotas no querían acabar con la España dual, sino que lo que querían es dar un voto de castigo, lo cual me lleva a pensar que muy probablemente el bipartidismo volverá en las siguientes elecciones.

Pensé que Ciudadanos y Podemos podían ir de la mano a la hora de crear una España más plural, con más partidos, con más opciones políticas. Hacer un país de consenso donde tendrían que ponerse de acuerdo para las grandes decisiones. Pero no, Podemos no quiere eso, Podemos no quiere acabar con el bipartidismo, sino formar parte de él. Podemos no es que no quiera una España de azules y rojos, sino que la quiere de azules y rojomorados y eso sigue siendo bipartidismo y no soluciona nada.

Me duele ver que España es un país cainita, que prefiere pelear con el hermano antes que estar en el mismo bando y remar juntos por tener un país mejor. Después culpamos a los políticos de cómo va el país… ¿Pero cómo van a hacerlo bien con la mitad del país enfrentada al otro?

Aún no hemos entendido que el Presidente del Gobierno, se llame como se llame, sea quien sea, es nuestro Presidente, el de todos y que si a él, sea quien sea, le va bien, significa que al país le irá bien y que, por tanto, a todos nosotros nos irá bien. Pero no, los españoles queremos seguir enfrentados, queremos seguir separados en tribus y aldeas con la consigna de que el que no piensa como nosotros es nuestro enemigo y ¡no es así! Los que no piensan como nosotros son nuestros compatriotas y en tiempo de crisis tenemos que apoyarnos espalda contra espalda y luchar para que el país salga adelante.

Antes de las elecciones creí que, en ese sentido, Podemos defendía lo mismo que Ciudadanos, pero ahora veo que no y, repito, cuando mentían diciendo que querían acabar con el bipartidismo, sus votantes sabían que estaban mintiendo, pero no les importaba porque ellos quieren lo mismo, un país enfrentado, fracturado, un país en el que no haya justicia sino venganza y un país donde, si para gobernar hace falta pactar con la casta, con los nacionalistas de derechas, con los de izquierdas, incluso con la herencia de ETA, se hace y punto porque lo importante no es ganar, sino que pierda el otro.

Ciudadanos proponía la España de la Transición y Podemos la de la Guerra Civil. Pues bien, por más que nos sorprenda, de los que quieren nueva política hay más que quieren la España del 36 que la del 78. Es así y hay que aceptarlo. En la nueva política, hay más guerracivilistas que demócratas, es un hecho, de modo que eso es lo que tenemos, un nuevo partido que ha luchado contra la casta artificialmente para ser parte de ella y no para acabar con ella. Un partido como Podemos que no quiere acabar con el bipartidismo, sino formar parte de él.

 

Fuente de la fotografía de portada: Revista Vanity Fair

Ciudadanos «manque pierda»

Muchas veces en este blog he puesto mi punto de partida en mi condición de rubinense y catalán que soy pero ya tenía yo también ganas de utilizar de punto de partida mi condición de ecijano y andaluz que también me siento.

En la liga de fútbol de España de la temporada 1934-1935, el Real Betis Balompié se proclamó campeón de liga tras ganar 0-5 en el campo del Racing de Santander. El Betis, equipo humilde de Sevilla, catalogado siempre como el equipo de los pobres, de ahí que a sus seguidores se les llamase despectivamente «limpiabotas», conseguía un hito histórico. Sin embargo, un par de años después y sobretodo a consecuencia de la guerra entró en una gran crisis.

En la temporada 1939-1940, el Betis podía haber pedido una moratoria, como también había hecho el Oviedo, para no competir y volver al año siguiente cuando pudiera haber restaurado el campo y formado un equipo. Pero el Betis, que era un equipo en el que directivos, jugadores y aficionados eran mayoritariamente republicanos decidieron competir, ya que después de perder la guerra «sólo nos faltaba quedarnos sin el Betis».

Solamente 5 años después de aquel título liguero, el Betis bajaba a segunda división y, a partir de entonces, el equipo verdiblanco entraba en una fase turbulenta que acabó con el descenso a tercera. El Betis había pasado de jugar en campos de primera división, contra rivales de campanillas, a hacerlo incluso en campos de tierra. Fue entonces cuando salió el orgullo de todos los aficionados béticos, convirtiéndose en el equipo con más aficionados en Andalucía, haciéndose bandera de las personas humildes de aquella tierra, y se puso de moda el grito de orgullo de «Viva er Beti manque pierda». El equipo verdiblanco se ganó las simpatías de toda España porque era un ejemplo para todos; mientras más perdía, más aficionados y socios tenía y, gracias a esa lucha, el Betis resurgió de sus cenizas.

Rizando el rizo, en Écija, la tierra de mis padres y mi segunda ciudad, ocurría que la rivalidad de los «limpiabotas» del Betis y los «señoritos» del Sevilla también se trasladaba a los toros. En la ciudad del sol y de las torres, había dos grandes toreros: uno de familia humilde, Bartolomé Jiménez Torres, y otro de familia adinerada, Jaime Ostos. De modo que, según la condición social, unos iban con un torero u otro. De modo que en Écija, al grito de «Viva er Beti Manque pierda», se le añadía «Y Bartolo manque pinche», dada la mala suerte a la hora de ir a matar del diestro.

En los debates entre Jaimistas y Bartolistas, estos últimos estaban dispuestos a defender a su torero, por más que no tuviera una buena tarde, por más que pinchara en hueso, del mismo modo que los aficionados del Betis acudían más al campo cuando su equipo más le necesitaba.

Pues bien, ese ejemplo es el que tenemos que tomar las personas que creemos, que confiamos y que sabemos que lo mejor que le puede pasar a nuestro país es un gobierno desde el centro, sin extremismo, sensato y que mire más por el bien de nuestros compatriotas que por el bien del partido.

Y, con esto, estoy llamando a que los simpatizantes de Ciudadanos den el paso y se afilien, que los que puedan ayuden, que nos echen una mano en las carpas, en los actos, que nos ayuden a llevar el mensaje. Es muy difícil competir con el Partido Popular cuando ellos tienen 800.000 afiliados y nosotros 30.000.

Todos debemos dar un paso más, debemos luchar utilizando a Ciudadanos como vía de hacer de España un país mejor, más próspero; un país que pueda mirar a los ojos a los mejores países de Europa, teniendo claro que únicamente poniendo nuestro granito de arena esto será posible.

Yo sé perfectamente que no soy quien para decirle a nadie que pague una cuota para ayudar a un partido político, que deje horas de estar con sus familias o amigos por luchar por una idea, pero si quieren una España mejor, no nos queda otra y, como hizo el Betis en sus tiempos difíciles, o somos más o no podremos conseguir nada.

Ha llegado el momento en el que, como dijo el Presidente Kennedy, no debemos pensar en lo que nuestro país puede hacer por nosotros, sino en qué podemos hacer nosotros por nuestro país y, a día de hoy, lo mejor que podemos hacer por España es apoyar a Ciudadanos. De modo que, si piensan en afiliarse, háganlo; si creen que pueden ayudar en su barrio, en su ciudad, háganlo e, incluso, si creen que tienen aptitudes y capacidad para estar en política, para entrar en una ejecutiva, en una lista electoral, creen que pueden ser concejales, alcaldes, diputados, lo que sea, por favor háganlo. Porque todo es igual de importante y, si queremos que las próximas elecciones sean las nuestras, tendremos que ser más y mejores.

¡Viva Ciudadanos manque pierda!