En los debates sobre la actualidad política que se dan en el trabajo, en los parques y en las reuniones de amigos, últimamente, han acabado siendo conversaciones de besugos en las que oyes repetir como un mantra lo que se oye o lee de los políticos o periodistas encargados estos días de opinar sobre los pactos o no pactos de nuestros líderes políticos.
En cuanto al pacto de investidura de Ciudadanos con el PP y sus 150 puntos para regenerar a España, oigo a votantes de Podemos y otros partidos más minoritarios que dicen ahora que preferían el pacto PSOE-C’s. ¡A buenas horas mangas verdes! que dice la expresión popular. Es obvio que a los votantes de Podemos les gustará más el pacto con los socialistas, porque era un pacto de centro-izquierda y ahora hay uno de centro-derecha. Es así de sencillo. Pero la frustración no deben pagarla con Rajoy o Rivera, sino con Iglesias que fue quien no permitió que se diera esa posibilidad.
Otros dicen que Ciudadanos ha cambiado el pacto, que ha cambiado de opinión en seis meses porque el pacto no tiene los mismos puntos. Estas cosas me dejan sorprendido. Lo voy a explicar con colores: si mezclas el amarillo con el rojo, sale naranja y, si mezclas el amarillo con el azul sale verde. Por eso, el pacto es diferente.
Cualquiera que leyera los programas de PP y C’s sabe que los populares han tenido que ceder más que Ciudadanos, lo cual es también normal porque se jugaban más. Lógicamente, está más a la derecha que el que se firmó con el PSOE, pero hay más políticas de centro que de derecha, como todo el mundo puede comprobar.
En realidad, si miramos los programas de los partidos grandes, el que estaba más alejado de los demás era el PP, pero Iglesias se empeñó en que debía estar ahí y ahí está. Quien no está es Podemos, que ha quedado de aspirante a asaltar los cielos a simple cronista de los acontecimientos. Además, cronista desmemoriado ya que Errejón critica puntos del pacto PP-C’s, como el Programa de la Renta Complementaria que Podemos llevaba en su programa.
De las 150 medidas para regenerar España, 100 estaban ya en el pacto con el PSOE. Sin embargo, Sánchez y los suyos prefieren obviar eso y solamente hablar de las 50 restantes que el PP no ha aceptado porque eran inadmisibles para su ideología. Esta postura del PSOE es una vez más creer que las personas somos tontas y que no nos enteramos de la película ya que la mayoría de los 100 puntos restantes del pacto con PSOE pueden aprobarse, si hay gobierno en el Congreso, con los votos de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos de modo que, a cuatro años vista, podría aprobarse casi todo lo que había en ese pacto con los socialistas. Parece que no acabamos de entender que que un partido alcance un acuerdo no significa que no sigas defendiendo las cuestiones en las que estás en desacuerdo.
Sabemos que Sánchez está, a día de hoy, más preocupado por seguir siendo el Secretario General de los socialistas que por formar un gobierno. Sus ojos no están fijados en la investidura o no investidura de Rajoy, sino en el Congreso General del PSOE pero, si hay terceras elecciones, ¿se va a presentar? ¿Será el candidato después de haber perdido dos elecciones consecutivas y sacar los peores resultados de los socialistas desde la restauración de la democracia?
Si Sánchez se mantiene en el no, ¿qué alternativas nos quedan? Las elecciones del turrón y el mazapán o el pacto Frankenstein con un pacto entre PSOE, Podemos, En Marea, En Comú, Compromís, Izquierda Unida, ERC, Convergència, PNV, Bildu y Coalición Canaria. Señor Sánchez, sea responsable que hasta la editorial de El País, diario de cabecera del socialismo, pide su abstención.
Fuente de la fotografía de portada: diezmunuto.es