En el mundo de lo políticamente correcto, hay muchas cosas que no se pueden decir, por eso imagino yo que a veces los discursos políticos son tan distintos de lo que uno oye en las tertulias de la calle, de las cafeterías o en su propia casa. Cuando yo era niño, en los ochenta, ver en la televisión que había habido un atentado perpetrado por ETA era parte del Padre Nuestro de cada día, me sorprendía oír a muchas personas mayores decir que, cuando surgió ETA, muchos estaban a favor de ella.
Después, cuando vas entendiendo que antes se vivía en una Dictadura, privado de libertades, muchos españoles creyeron que la lucha de ETA era por la libertad. Obviamente, con la muerte del Dictador, con la llegada de los gobiernos democráticos, la mayoría de nuestros compatriotas no entendieron que el terrorismo no acabaría ahí, más aún cuando la amnistía que se realizó a presos políticos benefició también a los de ETA.
Entonces surgieron bandas que, utilizando métodos terroristas, lucharon contra aquellos terroristas, la AAA o el Batallón Vasco Español, vistos por la sociedad como mercenarios a sueldo de los empresarios vascos que, cansados del impuesto revoucionario de ETA, querían acabar con ellos observando que las fuerzas del orden no eran capaces. Además, a pié de calle, siempre corrió el rumor de que los gobiernos y las fuerzas de seguridad estaban interesados en que el terrorismo no acabara ya que tapaba muchos otros problemas de la sociedad.
Con la aparición de los GAL y la posterior investigación periodística, que demostró que el gobierno del PSOE estaba tras ellos, hubo un shock en la sociedad. Primero, porque, aunque por políticamente correcto nadie lo reconoce, ahora, yo, que era niño entonces, del mismo modo que oí a muchas personas decir que antes muchos estaban a favor de ETA en la dictadura, oí también que muchos estaban a favor de los GAL ya en democracia.
Recuerdo que, siendo ya adolescente, mitad por prudencia, mitad quizá porque Barcelona nos parecía muy grande, cuando íbamos a la capital catalana y pasábamos por delante de un cuartel de la Policía o de un cuartel militar, acelerábamos el paso porque teníamos miedo a que hubiera un atentado. Pero lo cierto es que posibilidades había, los atentados pasaban a menudo y, como he dicho antes, eran parte del día a día.
ETA era el peor de los enemigos de los españoles y, probablemente, a raíz del asesinato de Miguel Angel Blanco, la banda terrorista fue perdiendo apoyos, fue acorralándose y, finalmente, gracias también a la sociedad civil y a las fuerzas de seguridad del Estado, acabó o al menos está en nuestros días en estado de hibernación.
Lo que nunca creí es que, más allá de los partidos que son ETA, que han tenido diferentes nombres y que ahora se llaman Bildu, iba a haber partidos nacionales, como es el caso en estos momentos de Podemos, que defendieran, justificaran y apoyaran a ciertos personajes infames como Arnaldo Otegi. Tampoco creí que Izquierda Unida, que en esa época estaba tapado, se amparara en el primo de zumosol Podemos para hacer lo mismo; que una persona de 28 años, como Alberto Garzón, hable de Otegi como hombre de paz, me pone los vellos de punta.
Pablo Iglesias le recriminaba al PSOE que tenía las manos manchadas de cal viva, en referencia a los GAL y de cómo enterraron tras torturar a los etarras Lasa y Zabala. Ahora, en las elecciones vascas, Podemos hace un guiño al entorno de ETA y propone de candidata a Pilar Zabala, hermana del colaborador de ETA. Podemos trata de aglutinar a todas las izquierdas, desde la Social Democracia más moderada, a la izquierda nacionalista en la que estaba la banda terrorista vasca y eso, no es sólo peligroso, sino también insultante.
Para Podemos, todo es extrategia electoral y, como hemos podido ver ya en ciudades, comunidades y en el Congreso de los Diputados, una vez en las instituciones no saben qué hacer. Y es que en Podemos todo es el juego de ganar votos y saben que en la llamada Izquierda Abertzale hay muchos votos, como los hay en el nacionalismo gallego, en el catalán o en el valenciano. Pero no se puede hacer un proyecto nacional tratando de beneficiar a los que quieren desmembrar España. Aún así, reconozco que no es lo mismo defender los intereses que defiende el BNG, PNV, Compromís, ERC o Convergència, que defender los intereses de Bildu que son los intereses de ETA.
Otras veces, me he hecho ya estas preguntas y a menudo vuelvo a pensar en ello. ¿Tan pronto nos hemos olvidado del daño que hicieron los terroristas? ¿O es que los que defienden ahora que ETA tenía motivos políticos, que la lucha de ETA fue una defensa de una democracia mal hecha o que Otegi y compañía son hombres de paz sonreían cuando veían en la tele los atentados, las bombas, los tiros en la nuca y los muertos que causaba?
Fuente de la fotografía de portada: La Sexta